Como en todo debemos empezar suavemente sin
forzar el cuerpo.
Para efecto de purificación sólo se recomiendan
los ayunos cortos de máximo tres días y cuando se hacen debemos estar
idealmente en un ambiente relajado y evitar el máximo de estrés, esto es
importante porque sólo de esa manera el cuerpo puede quemar las toxinas y
purificarse. Si ayunamos con estrés, esto solo debilitará el cuerpo.
Otra cosa muy importante para el éxito del ayuno
es cómo lo rompemos, es muy importante romper el ayuno comiendo poco e
ingiriendo alimentos livianos y de buena
calidad porque después del ayuno el agni se debilita y, si devoramos, el sistema digestivo se puede perjudicar trayendo
como consecuencia el aumento de peso y problemas digestivos. Por esta razón se
debe empezar con ayunos suaves.
Primero debemos empezar ayunando un día al mes, y
poco a poco, cuando esto ya sea algo fácil, podemos incrementar los ayunos a
dos veces al mes y luego a una vez a la semana.
Después de adquirir este hábito podemos hacer
ayunos de tres días en los dos equinoccios (entre el 21 y 24 de marzo y de septiembre)
y los dos solsticios (entre el 21 y 24 de junio y diciembre), que marcan las
estaciones del año.
Estos son momentos ideales para purificar el
cuerpo. Los ayunos de más de tres días requieren la atención de un
especialista.
(Yoga y ayurveda para la paz, C. Mejía y V.
Dieze, tradición Sivananda)
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