No dejes que nadie guíe tus pasos, no dejes que otros enciendan la luz por ti, no des tu tiempo a otros.
El camino está siempre bajo nuestros pies, sólo hace falta verlo, la luz siempre brilla en nuestro interior, sólo hace falta dejarla salir y aprovecha tu tiempo para conocerte mejor.
Somo perfectos desconocidos con miedo a saber qué maravillas hay dentro de cada uno, nos escondemos en los compromisos ajenos, en las preocupaciones de los demás.
Dejamos por pereza que otros sean nuestros amos, por miedo a ser únicos en pensamiento y obra, nos refugiamos en creencias ajenas incomprensibles.
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